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isabel camarena psicologia el salvadorLlorar, hacerse el enfermo, gritar y enojarse pueden ser algunas características de los niños que quieren llamar la atención de sus padres o de los adultos.

[pullquote_right]“Los niños que quieren llamar la atención de sus padres se debe a que la necesidad afectiva no está satisfecha; esto se puede deber a que ha nacido un nuevo hermano, los padres pasan mucho tiempo en el trabajo, los padres no demuestran amor y confianza en los niños o por una baja autoestima”, aseguró la psicóloga Isabel Camarena.[/pullquote_right]

Para que sus hijos no sientan vacío y perciban que los ama es fundamental que se los demuestre. Dedicarles tiempo para hablar con ellos sobre su día, hacer tareas, compartir en la cena, salir a caminar cerca de su casa, jugar, etc. Ellos no pueden adivinar que le importan. Deben sentirlo por medio de actitudes y acciones.

“Es primordial prestarles tiempo a sus hijos a diario; tiempo efectivo y afectivo, esto quiere decir, tiempo de calidad, en el que disfrute un momento al día”, agregó Camarena.

Cuando el niño dice sentirse mal de salud, los padres pueden pensar: ¿Cómo saber si miente o de verdad está enfermo? La mejor solución es tener una buena comunicación con él o ella, así podrá preguntarle con franqueza qué siente, por qué lo siente o si solo es un pretexto para que usted le dedique tiempo.

Deber de padres

“Es importante recordar que los que ponemos los cimientos de la autoestima de nuestros hijos somos los padres; así que eliminemos los comentarios inapropiados que generalicen una conducta de nuestro hijo, por ejemplo: ‘siempre te portas mal’, ‘nunca me ayudas’, ‘siempre rompes las cosas’, etc.; mejor digamos ‘me gustaría que no interrumpas las platicas de los adultos’, ‘¿me ayudas a poner los platos sobre la mesa?’, ‘necesito que cuides tus juguetes’”, dijo la especialista.

La dedicación al trabajo suele ser un argumento común para no compartir tiempo suficiente con los pequeños de casa. Pero esto puede provocar que el niño intente llamar su atención cada vez que lo considere necesario con actitudes que no son las mejores. Por ejemplo, si su hijo se acostumbra a llamar su atención cada vez que quiere, puede esto convertirse después en que él se crea el “centro del universo”.

No se trata de descuidar su trabajo, sino de encontrar el equilibrio adecuado. En la mañana puede realizar el desayuno y sentarse junto a sus hijos mientras hablan del día a día. En la noche puede hacer lo mismo: cenar juntos, ver un programa en televisión, leer un libro, o ayudarle a realizar las tareas.

Como padre y madre de familia debe asumir el compromiso de educar a los niños, y esto no incluye únicamente la educación escolar, sino una formación integral que ayude a formar mejores personas. “Cuando el hijo se siente amado, aceptado y respetado por sus padres, disminuye la necesidad de llamar la atención”, explicó Camarena.