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La depresión post-vacacional es un síndrome que experimenta mucha gente al finalizar sus vacaciones y reincorporarse a sus puestos de trabajo.
Suele presentar síntomas muy parecidos a los de una depresión clínica: sensación de apatía, desánimo, irritabilidad, dificultad para relacionarse con los demás, insomnio, etc. En casos graves puede llegar a provocar estados de ansiedad, trastornos digestivos y taquicardias.
 
¿Por qué se produce?
El principal causante de la depresión post-vacacional es la vuelta al trabajo después de un prolongado periodo de vacaciones, aunque el cambio en los horarios y la modificación de las horas de sueño contribuyen también. Los días de ocio y disfrute dan paso a las largas jornadas laborales y a las responsabilidades, por lo que es lógico y normal que una persona se sienta un poco desanimada. El verdadero problema surge cuando esa sensación de desánimo generalizado se prolonga demasiado en el tiempo, por norma general durante más de dos semanas.
 
TIPS
1. Tómate el primer día con filosofía,
de nada te servirá lamentarte y amargarte sin sentido. En lugar de pensar en lo bien que te lo pasaste en vacaciones y lo duro y triste que resulta estar de vuelta en el trabajo tómate tu primer día de trabajo como una jornada laboral más. Así conseguirás quitarle dramatismo al asunto. Por otra parte, no olvides que la vuelta al trabajo no sólo supone una vuelta a las responsabilidades y a las exigencias, sino que también es un reencuentro con los compañeros y amigos. Pregúntales acerca de sus vacaciones y cuéntales cómo te ha ido a ti en las tuyas. Te sentirás mucho mejor y estrecharás lazos con ellos.
 
2
Poco a poco.
No esperes llegar al trabajo y empezar a trabajar a destajo desde el primer momento, tómate tu tiempo para ponerte al día con lo que dejaste pendiente antes de irte de vacaciones y de lo que ha ocurrido mientras estabas fuera. Hecho esto organízate, márcate una línea de trabajo y unos objetivos a conseguir en tu primera semana de trabajo. Verás que, poco a poco, irás recuperando el ritmo de trabajo al que estabas acostumbrado antes de irte de vacaciones. Si aún así ves que te cuesta un poco acostumbrarte otra vez al trabajo, no desesperes, no eres el único que está pasando por esta situación. Cuando te quieras dar cuenta ya no sentirás esa sensación de desasosiego cada vez que tengas que ir a trabajar.
 
3
Márcate nuevos objetivos e ilusiones.
Volver al trabajo y caer en la desdicha de que aún te quedan muchos meses para las próximas vacaciones es un error que sólo hará que te deprimas aún más. Piensa que puedes aprovechar los fines de semana, que el calendario laboral está poblado de días festivos y que puede que incluso te quede algún que otro día libre por disfrutar. Márcate proyectos y metas que alcanzar a través del trabajo, harán que acudas a tu puesto de trabajo con la ilusión propia de quien persigue un sueño.
 
4
 
Intenta mejorar las cosas en el trabajo.
Un jefe despótico, un compañero al que no soportas, una silla sobre la que sentarse que te destroza la espalda, etc. Aún si uno tiene la inmensa suerte de estar enamorado de su trabajo siempre habrá cosas que no sean de su agrado. Si este es tu caso ponte manos a la obra para cambiar aquello que no te gusta. Nadie te garantiza que lo vayas a conseguir, pero por lo menos te quedará la satisfacción de haberlo intentado. Establece flujos de comunicación más fluidos, haz que tu punto de vista sea escuchado y tenido en cuenta, si algo no te parece bien hazlo saber. Te sentirás mucho más implicado en tu trabajo, y ello hará que la vuelta al mismo no se haga tan costosa.
 
5
¡El día tiene muchas horas!
Has de comprender que el día tiene 24 horas, y que tu trabajo sólo te ocupa una tercera parte del mismo. Así que cuando hayas terminado tu jornada laboral, dedica el resto del día a practicar actividades que son de tu agrado o para estar con los amigos o con la familia. Es necesario cumplir con las responsabilidades, pero también lo es satisfacer las necesidades de ocio y descanso. Si tienes esto en cuenta a lo largo de los primeros días después de tu vuelta al trabajo conseguirás que ésta se haga mucho más llevadera. También es importante que sepas no llevarte el trabajo a casa. Pasarte la tarde agobiado por lo que te espera en el trabajo al día siguiente es igualmente inútil y estresante.
 
6
¿Has pensado en practicar deporte?
Está demostrado: practicar deporte de manera regular no sólo es bueno para la salud sino que también contribuye a combatir el estrés. Saliendo a correr en tus ratos libres o apuntándote a un gimnasio conseguirás romper con la monotonía que puedas experimentar en tu trabajo y ganarás en salud y energía. No cabe duda, el deporte es uno de tus mejores aliados para combatir la depresión post-vacacional.
 
7
¿Qué es para ti el trabajo?
Mucha gente no se da cuenta de la verdadera importancia del trabajo. Es una manera de realizarse personalmente, una forma de prestar un servicio útil a la sociedad a la que se pertenece y un proceso en el que nunca se deja de aprender. Si uno es capaz de comprender esto dejará de contemplar la vuelta al trabajo como una obligación. Por otra parte, también es importante darse cuenta de que la vida no sólo es trabajar, es más, el trabajo, en el fondo, no es más que un medio para ganarse la vida. No estás ‘atado’ a tu trabajo, no eres un esclavo del mismo, trabajas para poder vivir y para, además de otras cosas, poder pagarte las vacaciones que acabas de disfrutar.
 
8
Adopta una mentalidad positiva.
Éste puede que sea el paso más importante de todos. Acepta la realidad, acepta el hecho de que ya has tenido tu tiempo para descansar y de que ahora toca trabajar. Piensa en que hay muchas personas que no tienen la suerte de tener un puesto de trabajo esperándoles a la vuelta de las vacaciones. Afronta las responsabilidades e intenta realizarte personalmente haciendo tu trabajo lo mejor posible, y hazlo todo con una sonrisa. Sonriendo no sólo serás feliz, sino que además harás más felices a los que te rodean y crearás un mejor ambiente de trabajo.
 
GRACIAS A DIOS ES LUNES (G.D.E.L)
 
Los viernes vemos a las personas llenas de alegría, con energía y planes para descansar y divertirse el fin de semana, y por supuesto cómo gastar el dinero.
 
En cambio los lunes las personas se ven desanimadas, cansadas, sin energía, desconcentradas.
 
Al preguntarles qué les pasa, su respuesta es “es lunes”
 
1.   Es una bendición tener un trabajo. Da lo mejor de ti. Tantas personas desempleadas. En el trabajo no estas forzado, nadie te lleva a la fuerza, ni tienes esposas para retenerte. Cambia tu pensamiento, es una semana donde empiezo a producir para poder descansar y divertirme el fin de semana.
2.   Deja de ser niño, los niños murmuran, se quejan, hacen berrinches, se niegan a hacer las cosas. Los adultos debemos de tener la responsabilidad de dar lo mejor de nosotros a lo que nos comprometimos, dar nuestro 1000%, en lugar de buscar bendición, sé una bendición;
3.   Deja de buscar cambios: si ya no te gusta tu trabajo, o no te agrada tu jefe, o tus compañeros de trabajo, cambia TU, sé diferente TÚ, si tu jefe no planifica planes, proponlo TU, si tus compañeros no son solidarios, selo TU.
 
Dra. Camarena