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Buenas tardes Dra., quiero preguntarle a qué se debe que frecuentemente me siento insuficiente, tengo la sensación que no doy la talla. A pesar de que estoy bien en todas las áreas de mi vida. Tengo una buena relación de pareja, mi familia esta bien, mi trabajo también. Pero yo sigo sintiendo que soy insuficiente. Qué hago?
 
Querida lectora:
 
Frecuentemente sucede que las mujeres no nos sentimos “suficientes”, suficientemente capaces, suficientemente inteligentes, suficientemente atractivas, suficientemente delgadas, suficientemente maduras, suficientemente arregladas, suficientemente deportistas, suficientemente buenas esposas, suficientemente buenas madres abnegadas, y todos los suficientemente que se te ocurran, que responden al sentimiento de  “NO doy la talla”.
 
Inclusive hay términos psicológicos como “bullying entre mujeres adultas” que emergen de estudios en la población femenina de las conversaciones, blogs, artículos escritos por mujeres para mujeres sobre los roles que se esperan socialmente que una mujer desempeñe, ya que se da por sentado que la mujer es multifacética, por lo tanto debe de desempeñarse eficientemente como esposa, madre, trabajadora, hija, amiga, ama de casa, enfermera y por supuesto que también una buena amante para su esposo. Para ser suficiente, tienes que responder perfectamente, sin descuidar ningún detalle y estar con energía y buen ánimo, sino “NO eres SUFICIENTE”.
 
Por consiguiente, vamos aprendiendo desde muy pequeñas esos roles femeninos, e insertamos en el chip cerebral  “dar, dar y dar más”: dar escucha, dar consejo, dar paciencia, dar amor, dar orden, dar educación, “eres mujer, así que tienes que dar y dar”.
 
Vamos creyendo que nuestro valor como mujeres esta en lo que “damos y hacemos”, en nuestros roles. Ya que desconocemos nuestra “verdadera identidad”, y como no tenemos de donde llenarnos, porque siempre estamos en el afán, “dando”, entonces establecemos un estilo de vida de “dar”, muchas veces sintiéndonos cansadas, tristes, vacías, amargadas, frustradas, angustiadas, tratando de controlar todo lo que hay a nuestro alrededor, espera yo lo hago, tu no sabes cómo, deberías de hacerlo así. 
 
Y con un sentimiento de culpabilidad,  debido a que no nos sentimos felices y plenas, a pesar de que en teoría todo tenemos.
 
“Pero”, nuestra palabra preferida, “pero” podría hacer más, “pero” podrías dar más, tal vez, así alcance a ser suficientemente feliz.
 
Después de esta introducción, respondo a tu pregunta ¿cómo sentirte suficiente?
 
Hay dos condiciones básicas:
1.     Descubrir tu IDENTIDAD y
2.     Sanar y cuidar tu centro de operaciones: TU CORAZÓN.
 
Dice la palabra en:
              Jeremías 1:5
 
Antes que yo te formase en el vientre, te conocí; y antes que salieses de la matriz, te consagré y te di por profeta a las naciones.

Mi amada lectora,  “antes de que tus padres te concibieran, El ya tenía una identidad y un propósito para tu vida”.
 
Identidad corresponde a los rasgos propios de un individuo.
 
 Ahora bien, pregúntate ¿quién eres mi amada?, ¿cuál es tu identidad? seguramente estas contestando a lo que te dedicas. En mi caso, soy servidora, psicóloga, madre, esposa, trabajadora, amiga… ¡ALTO! estos son roles, son las funciones que desempeñas en este momento de tu vida, yo te pregunte: ¿quién eres?, ¿cuál es tu identidad?
 
Te quiero decir que todos los seres humanos necesitamos saber quiénes somos, no lo que hacemos, eso ya lo sabemos, y precisamente, lo que hacemos  nos lleva a las exigencias, al afán, a no ser lo “suficientemente”, a creer que no damos el ancho, porque siempre queremos más….
 
Te quiero decir que nuestra verdadera identidad radica en dos únicas condiciones que tenemos al nacer.  En el caso del sexo femenino, las 2 únicas condiciones son:
1.     Hija y
2.     Mujer.
 
Si, nuestra verdadera identidad como mujeres está en ser hija del Padre Celestial y mujer. Y no en los roles que desempeñamos. Los roles son temporales, “ahora eres, mañana quién sabe”.
 
Y lo verdaderamente eterno de nuestra identidad es ser “HIJA Y MUJER”. Es tan importante que lo entendamos, que lo vivamos, que lo sintamos, somos “hija y mujer”, nuestra fuente de vida, nuestra identidad está en el Padre Celestial Eterno.
 
Dice la palabra en:
             Mateo 3:17
Eres mi hija amada, en quien tengo complacencia.
 
Si, mi amada lectora, “eres su hija amada” . . . “soy su hija amada”, no necesitamos ser lo suficientemente….., “SOMOS SUS HIJAS AMADAS, en quienes tiene complacencia, no tenemos que desempeñar ningún role, ni alcanzar índices de calidad, para ser amadas, aceptadas y afirmadas por el PADRE CELESTIAL.
 
“El nos hizo como lo más delicado de su creación, cual vaso frágil, somos SUFICIENTES porque somos sus princesas amadas, las niñas de sus ojos”.

Perdemos nuestra verdadera identidad de ser “hija y mujer” cuando nuestros corazones son cruxificados en el transcurrir de nuestra historia personal, muchas de nosotras hemos crecido en ambientes familiares y sociales tóxicos. Y vamos aprendiendo que valemos por lo que hacemos y damos.
Nuestra verdadera identidad está en ser “hija y mujer” del Padre Celestial, y 
El único que puede resucitarnos a una vida nueva es el Señor.
 
Hemos tenido que caminar por desiertos con el fin de madurar y conocer a nuestro Padre Celestial, y en lo que has sido más lastimada, seguramente es en lo que más te usara para enseñar y apoyar a otros que están viviendo en desiertos parecidos.
Ya te hable de la 1era. condición para ser SUFICIENTE, tu identidad “HIJA Y MUJER”, ahora te hablaré de la 2da. Condición: sanar y cuidar tu centro de operaciones “TU CORAZÓN”.
Dice la palabra en,
Proverbios 4:23
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida.
 
Tu actitud ante la vida, la determina tu corazón. En el guardamos los sentimientos tanto positivos como negativos que vamos acumulando en el transcurrir de nuestra vida.
 
El amor de Dios sana las heridas de cada historia personal, tenemos que pasar por el proceso de perdonarnos los unos a los otros, porque  nadie te puede dar lo que no tiene dentro de sí. Los seres humanos hemos sido fracturados, quebrados, lastimados por los seres que más nos deberían amar y aceptar, nuestros padres de tierra, ellos también tienen su propia historia, fueron quebrados y lastimados. Ambas partes, padres e hijos de tierra hemos vivido desiertos, frustraciones, desamor, soledad, oscuridad. Y hay un momento que llega el Padre Eterno, Celestial y toca tu corazón haciendo cambios profundos en tu vida, donde te lleva por un proceso de purificación, de sanación de tu corazón, haciéndote comprender que tenías que vivir ese pasado para madurar y conocerlo a El y darle la Gloria y Honra.
 
Es fundamental sanar el corazón,  el centro de operación, de ahí surge la Dios – Estima
cuando conocemos y aceptamos al Padre Eterno Celestial, empezamos a aprender que necesitamos refugiarnos, apoyarnos, confiar en El y empezamos a descubrir todo el tesoro que el Padre ha depositado dentro de nosotras, El va curando nuestras heridas y susurrando en nuestra alma, eres mi princesa amada, la niña de mis ojos y empezamos a dar frutos , por sus frutos los conoceréis” (Mateo 7:20).
 
Quiero cerrar diciéndote que TU y YO somos SUFICIENTES, somos las princesas del REY, créelo, tomate de la mano del Padre y cada vez que te venga el pensamiento de “no soy suficiente”, recuerda que tu verdadera identidad esta en el padre: HIJA Y MUJER y sana tu corazón, pídele al padre borrar toda huella de amargura, pídele soltar el control, la necesidad de ser suficiente.
Dios te bendiga,
 
“Imagina una nueva historia en tu vida, ponle toda la fuerza de tu corazón, una actitud positiva y será tu historia”.
 
Dios te bendiga.
Dra. Camarena.